Colombia es un país muy rico en agua y entre ellas vale la pena destacar la gran variedad de nacimientos y fuentes termales existentes en todo su territorio. Uno de los encantos de nuestras aguas termales, sinónimo de sanación, relajación y descanso. Poseen más de 35 componentes minerales los cuales cumplen numerosos efectos en el sistema cardiovascular, lo mismo que en los huesos, músculos y piel. Desde la antigüedad se acude a estas reservas termales,  con la convicción de que sanan enfermedades y  dolores,  eliminando todo tipo de toxinas del cuerpo y del alma. Por la importancia de ellas se ha desarrollado una gran infraestructura hotelera en  las diferentes regiones del país.